miércoles, 8 de enero de 2014

ESPERANZA.

Su luz era diferente, pensaba. Transmitía una energía especial, era una joven, no demasiado espectacular. Acababa de verla por primera vez, pero no pudo resistirse, se dirigió a ella y... le preguntó la hora (y porque ya estaba demasiado cerca y con el gesto de querer decir algo). Ella, con un gesto de desagrado le respondió desagradablemente que no tenía reloj, ni móvil, ni nada y volvió la mirada a otra parte. Tras siete intentos en el último mes,  no había conseguido enamorar ni pedirle matrimonio a ninguna de las desconocidas que se encontraba en el bus. Estaba decepcionado, desesperado. A la mañana siguiente, y tras más de setenta años cogiendo el mismo bus, cambió de línea para dirigirse al centro.
Anciano Afligido, Vicent Van Gogh.

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