Jardin del palacio de Viznar, Santiago Rusiñol Prats.
sábado, 11 de enero de 2014
NUESTRO CASTILLO.
-No te diré que no encontrarás a nadie que no te ame ni igual ni más que yo, porque no lo se. No te diré tampoco que sin ti no soy nadie, porque lo soy, ni que sin ti me voy a morir, porque seguiré vivo, a mi pesar. Ni te diré que el viento se parará, porque seguirá soplando y acercándome tu aroma hasta mi cama, ni que el tiempo dejará de correr, porque seguirá corriendo y arrastrando tu recuerdo a mi mente. No te diré nada de eso, porque te sigo queriendo, y no te mentiré. Se libre, como ya lo fuimos al construir nuestros sueños, castillos llenos de color, donde tu y yo combatíamos las injusticias, en aquel castillo donde fuimos felices matando a poderosos dragones devoradores de aldeas. En aquel castillo donde fuimos más que amigos, pero sobre todo, amigos. En aquel castillo que fuimos derruyendo poco a poco, sin saber cómo ni por qué, pero que ahora está en ruinas, hecho escombros. Simplemente te diré que aquí tienes mis manos, capaces de ir colocando de nuevo cada piedra y cada sueño, para volver a mudarnos a aquel castillo en el que tu y yo, fuimos más que felices.
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